
Los diablos cojuelos son denominados
Cachúas, y usan mascaras y disfraces totalmente disimiles a los del resto del
país, utilizan fuetes para hacerlos tronar y para golpear al publico. Este
carnaval se celebra durante la Semana Santa y termina con una ceremonia en el
cementerio, encima de las tumbas de las cachúas fallecidas.

Al referirse al tema, el investigador
Werner Féliz expresa que el origen de las Cachúas lo podemos encontrar en los
cimarrones del Maniel del Bahoruco, los que se asentaron en los naranjos a
finales del siglo XVIII y con toda seguridad habitaron el pueblo de Cabral. Los
antiguos cimarrones, pasaron a formar parte de la zona periférica de El Rincón
hoy Cabral, trayendo consigo su celebración, la que fue aceptada y
reinterpretada por sus nuevos vecinos, integrándose indirectamente a la
sociedad, haciéndose presente la creatividad de un pueblo, que introdujo
cambios paulatinos, hasta arribar a la celebración de nuestras Cachúas
actuales.
Se cree que los inicios del siglo XX es
la fecha que marca el surgimiento de las formas constitutivas de las actuales
Cachúas, gracias a los cambios introducidos por el puertorriqueño Ramón Suárez
Rodríguez, quien arribo a nuestro país en el 1902, y que las mismas muestran en
sus vestuarios características similares a la de los gigantes de Ponce Puerto
Rico.

En Cabral, el uso del disfraz por las
Cachúas se pierde en la memoria, viene desde su génesis, con características
similares, aunque ha sufrido cambios importantes.
Desde inicio del siglo XX el traje o
disfraz es de una sola pieza, cubriendo todo el cuerpo, con una cruz negra a la
espada, empleando las alas tan características, similares a la de los
murciélagos, los colores más usados eran el verde y el rojo.
El traje por su constitución, se a copla
a la situación marginada, no son trajes vistosos, ni costosos, pero si originales,
las tiras les dan vivacidad y las alas marcan la diferencia básica.
El látigo o fuete, es un instrumento
utilizado por mucha de las representaciones carnavalescas – culturales de la
nación. El mismo en las Cachúas pertenece a su génesis.
El fuete de las Cachúas es fabricado
diferente a los demás, aunque se emplean los mismos materiales de sisal o
cabuya, y madera. Su palo esta unido al cuerpo, mientras que los otros cuelgan
de un pequeño trenzado. Este no ha cambiado con el paso de las décadas.
Todos estos elementos marcan la
originalidad que caracteriza uno de los patrimonios culturales más importantes
de nuestra región, y uno de los más originales del folklore de la República
Dominicana “LAS CACHÚAS DE CABRAL”
Kerlin Féliz
Dj Conciencia Prod.
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